martes, 7 de octubre de 2014

ESCLAVITUDES (en broma y en serio)

Recuerdo un chiste muy mínimo y muy bello de Cortázar (se lo puede encontrar al final del final del documental de Tristán Bauer...pero claro, llegar hasta ahí requiere de un esfuerzo ciclópeo, te lo tengo que decir).

Lo cierto es que cuando terminan los títulos de la peli, Bauer puso esta perla (un premio a lxs valientes) en la que se escucha, maravillante, la voz de Cortázar diciendo algo así como (leer con voz de Julio, por favorrr):

 "Anoche me contaron un lindo chiste. Es así. Sale un nueva marca de hojitas de afeitar y ¿sabés cuál es el eslogan de la propaganda?: "No hace falta ni agua ni jabón, con las lágrimas basta"


Cómo no acordarme de aquél chiste (y de esa forma secreta de esclavitud que consiste en afeitarse puntualmente, regularmente, fatalmente, hasta que solo la muerte te convenza de dejarlo así).
Cómo no hacerlo aquella tarde de lluvia.
Aquella tarde, la adolescente que hace poco se instaló a vivir en mi casa, donde antes vivía una niña, le pregunta a su madre:

-Che, Má, cómo se depilaban antes? cómo se depilaba mi bisabuela?
-Bueno, se calentaba un hierro, y se recorría toda la piel, a medio centímetro, para que el calor del hierro quemara los pelos.
-Naaa, posta?
-Sip
-Y si se tocaba la piel te la quemaba?
-Claro
-Qué esclavitud!






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